jueves, 9 de abril de 2015

3 cosas que convierten a un maestr@ en inolvidable.

Extraído de  La Pedagogía Blanca.com
En la última sesión grupal de la formación de la Pedagogía Blanca una alumna nuestra, maestra de primaria, comentaba que le daba cierto reparo implementar tantos cambios en su aula, enfocados a respetar, entender, acompañar, etc, a sus alumnos cuando es probable que eso luego no vaya a tener continuidad en cuanto cambien de curso y de maestro por lo afincado que está todavía en muchos de sus compañeros el viejo paradigma educativo, el de los dos últimos siglos que nosotros estamos intentando transformar. No sabía si iba a ser útil o suficiente lo que ella hciera e intentara y quería saber nuestra opinión.
Esta es una angustia muy común entre educadores, el temer que todo su esfuerzo no tenga sentido, que no dé fruto y el no saber a veces si vale la pena trabajar contracorriente o si es mejor rendirse.
En mi opinión lo que una sola persona hace sí tiene impacto, sí ayuda y sí transforma vidas, porque tiene influencia en las personas de su entorno y todo lo que un maestro hace dentro de su aula por mejorarla y por acompañar a sus alumnos en un sentido amplio es valiosísimo.
Déjame que te haga un par de preguntas:
¿De qué maestro o profesor te acuerdas más y mejor de toda ti vida escolar? ¿Qué hizo a esa persona diferente de otras?
Estas son las tres características esenciales de un maestro inolvidable:
  • Inspirador: te hace creer en tu capacidad, te hace soñar con el avance de lo que vas aprendiendo, te hace sentir que lo que haces en clase sí tiene sentido, vale la pena, hace que veas el colegio y el mundo como un conjunto de oportunidades y que tú vas a poder disfrutar de muchas de ellas con tu esfuerzo y trabajo.
  • Cariñoso: Te sientes cuidado por él. Es paciente, respetuoso, empático, se procupa por todos, por su bienestar y por su avance. Es ese maestro al que te encanta encontrarte en el supermercado o en cualquier parte, te da alegría porque se hace querer y te hace sentir querido.
  • Entusiasta: Transmite su pasión por lo que está enseñando, va un paso más allá y ofrece recursos extra, propone cosas divertidas, hace a todos partícipes de lo que está compartiendo. Te motiva.
Para mí la cualidad principal es el amor, hacer que tus alumnos se sientan valiosos y apreciados.
Te comparto un precioso e inspirador cuento que publicó Jack Canfield en su libro “Sopa de pollo para el alma”:
“Un profesor universitario quiso que los alumnos de su clase de sociología se adentrasen en los suburbios de Boston para conseguir las historias de doscientos jóvenes. A los alumnos se les pidió que ofrecieran una evaluación del futuro de cada entrevistado. En todos los casos los estudiantes escribieron: «Sin la menor probabilidad». Veinticinco años después, otro profesor de sociología dio casualmente con el estudio anterior y encargó a sus alumnos un seguimiento del proyecto, para ver qué había sucedido con aquellos chicos. Con la excepción de veinte individuos, que se habían mudado o habían muerto, los estudiantes descubrieron que 176 de los 180 restantes habían alcanzado éxitos superiores a la media como abogados, médicos y hombres de negocios.
El profesor se quedó atónito y decidió continuar el estudio. Afortunadamente, todas aquellas personas vivían en la zona y fue posible preguntarles a cada una cómo explicaban su éxito. En todos los casos, la respuesta, muy sentida, fue: «Tuve una maestra».
La maestra aún vivía, y el profesor buscó a la todavía despierta anciana para preguntarle de qué fórmula mágica se había valido para salvar a aquellos chicos de la sordidez del suburbio y guiarlos hacia el éxito.
—En realidad es muy simple —fue su respuesta—. Yo los amaba”.
Eric Butterworth

 Deseo que te haya gustado y que te haga reflexionar.
Azucena Caballero

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